Descripción

El sitio donde se encuentran las catacumbas de San Sebastián solía ser una profunda depresión que funcionaba como cantera de puzolana y llamada ad catacumbas (o "cerca de las cavidades"), nombre que se ha convertido en sinónimo de cementerio subterráneo.

Desde el siglo I, el yacimiento fue explotado con intensidad y se llevaron a cabo numerosas obras: las galerías subterráneas se reutilizaron como nichos funerarios. Sin embargo, en la superficie se construyeron varios columbarios y al menos dos sistemas residenciales (las llamadas villa pequeña y villa grande) con increíbles murales de decoración en las paredes.

Hacia mediados del siglo II, se enterró el fondo del valle para crear un terreno de juego. En uno de sus laterales se construyeron sucesivamente tres mausoleos (de Clodio Hermes, de los Inocenciores, de los Ax).

Se volvió a enterrar la zona para dejar espacio a la construcción de la triclia, un pórtico delimitado por un muro en el que aparecen numerosos grafitis con invocaciones dirigidas a los santos Pedro y Pablo, a los que se veneraba en este lugar en torno al año 250.

Además, en este sitio el emperador Constantino (306-337) mandó construir una basílica en forma de circo romano (llamado "circiforme").

Mientras tanto, ya en el siglo III, se empezó a construir la catacumba que albergaba las tumbas de los mártires Sebastián y Eutichio.